Último libro, ¡por fin!
Libro: Hacia el azul perpetuo
Autor: Verónica Rossi
Número de páginas: 400
Editorial: PDF
Fecha de inicio de la
lectura: 20 de Mayo del 2015
Fecha de término de la lectura: 8 de Junio del 2015
Valoración: Malo
Reflexión:
Por fin puedo decir
gustosa que termine la trilogía de bajo
el cielo eterno, pero no porque me haya gustado, todo lo contrario, ¡porque
así no tendré que continuar leyéndola!
Aunque a las otras partes
las haya calificado con un discreto “aceptable”, debo admitir que en ambos
casos fui bastante generosa, ya que los libros de todas maneras no me
terminaban de convencer, pero su rápida lectura era lo que terminaba por
salvarlos. Sin embargo, ya no más, con hacia
el azul perpetuo me desquitaré con todas las críticas negativas nunca antes
hechas.
Lo primero que noté fue
la increíble (increíble, en referencia a poco creíble) capacidad de los
personajes de meterse el problemas pero siempre salir ilesos de ellos, o de
recuperarse milagrosamente rápido de heridas tanto físicas como psicológicas. Uno
como lector ya está en parte preparado para que estas cosas puedan suceder en
este género juvenil de lectura, pero realmente hay momentos en que la autora
abusa de nuestra credulidad.
Recuerdo un momento, en
este mismo libro, en que Perry (el protagonista masculino) fue torturado, por
motivos y personas que no voy a revelar para no arruinarle el final a nadie que
esté interesado en leer el libro, y que luego de la tortura quedó en tan mal
estado, que no podía mover un solo músculo y su aspecto era simplemente horroroso,
sin embargo Perry a los tres días, ya estaba corriendo con un arma en la mano, maniobrando
una aeronave y salvando al mundo, sin siquiera acordarse de su penoso estado.
En cuanto la credibilidad
de los acontecimientos, eso sí que es un caso serio; no importa cuántos cientos
de soldados tenga el enemigo, Perry y Roar siempre encuentran una manera de
enfrentarlos y ganar, no importa la avanzada tecnología que tenga el sistema,
Soren, un joven de 17 años fanático de las computadoras, siempre puede hackear
las puertas, las cámara de vigilancia, los monitores, o lo que le encarguen, y
no importa cuántas veces tenga heridas mortales, Aria nunca muere. Lo que al
fin y al cabo termina por hacer que ya esperes cualquier cosa de los
personajes, si al final del libro Aria desarrollaba el poder de volar de cabeza
y arrojar rayos por la boca, créanme que no habría estado tan sorprendida como debería.
Pero si algo bueno y
rescatable tiene el libro, es que terminó bien, y a mí me encantan los finales
felices, y debo admitir que detrás de tanta ridiculización de los personajes,
de todas maneras me encariñé con ellos y el final logró conmoverme porque al
fin alcanzaron su añorada felicidad y tranquilidad.
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