sábado, 19 de septiembre de 2015

Hacia el azul perpetuo

Último libro, ¡por fin!


Libro: Hacia el azul perpetuo

Autor: Verónica Rossi

Número de páginas: 400

Editorial: PDF 


Fecha de inicio de la lectura: 20 de Mayo del 2015

Fecha de término de la lectura: 8 de Junio del 2015

Valoración: Malo



Reflexión

Por fin puedo decir gustosa que termine la trilogía de bajo el cielo eterno, pero no porque me haya gustado, todo lo contrario, ¡porque así no tendré que continuar leyéndola!

Aunque a las otras partes las haya calificado con un discreto “aceptable”, debo admitir que en ambos casos fui bastante generosa, ya que los libros de todas maneras no me terminaban de convencer, pero su rápida lectura era lo que terminaba por salvarlos. Sin embargo, ya no más, con hacia el azul perpetuo me desquitaré con todas las críticas negativas nunca antes hechas.

Lo primero que noté fue la increíble (increíble, en referencia a poco creíble) capacidad de los personajes de meterse el problemas pero siempre salir ilesos de ellos, o de recuperarse milagrosamente rápido de heridas tanto físicas como psicológicas. Uno como lector ya está en parte preparado para que estas cosas puedan suceder en este género juvenil de lectura, pero realmente hay momentos en que la autora abusa de nuestra credulidad.

Recuerdo un momento, en este mismo libro, en que Perry (el protagonista masculino) fue torturado, por motivos y personas que no voy a revelar para no arruinarle el final a nadie que esté interesado en leer el libro, y que luego de la tortura quedó en tan mal estado, que no podía mover un solo músculo y su aspecto era simplemente horroroso, sin embargo Perry a los tres días, ya estaba corriendo con un arma en la mano, maniobrando una aeronave y salvando al mundo, sin siquiera acordarse de su penoso estado.

En cuanto la credibilidad de los acontecimientos, eso sí que es un caso serio; no importa cuántos cientos de soldados tenga el enemigo, Perry y Roar siempre encuentran una manera de enfrentarlos y ganar, no importa la avanzada tecnología que tenga el sistema, Soren, un joven de 17 años fanático de las computadoras, siempre puede hackear las puertas, las cámara de vigilancia, los monitores, o lo que le encarguen, y no importa cuántas veces tenga heridas mortales, Aria nunca muere. Lo que al fin y al cabo termina por hacer que ya esperes cualquier cosa de los personajes, si al final del libro Aria desarrollaba el poder de volar de cabeza y arrojar rayos por la boca, créanme que no habría estado tan sorprendida como debería.

Pero si algo bueno y rescatable tiene el libro, es que terminó bien, y a mí me encantan los finales felices, y debo admitir que detrás de tanta ridiculización de los personajes, de todas maneras me encariñé con ellos y el final logró conmoverme porque al fin alcanzaron su añorada felicidad y tranquilidad.


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