domingo, 28 de julio de 2013

Edipo Rey



Un aporte para la cultura Clásica


Edipo Rey fue escrito por Sófocles y es considerada una de sus mejores Obras, además de ser una clara muestra de la maestría de los antiguos Griegos, porque a pesar de que todos los acontecimientos críticos en la obra ya hayan ocurrido la  historia no deja de ser interesante, y es admirable como Sófocles logra ir desvelando los acontecimientos anteriores sin tener que acudir a ningún cambio de escena ni a la recreación de un recuerdo. Esta tragedia logra acercarnos también a la Cultura clásica, que aun tiene fuertes legados en la actualidad. Nos enseña valores que cada día pierden más su importancia, pero que antes eran tan esenciales como comer y dormir, con esto me refiero a la importancia de la palabra, porque aunque la ciudad este en ruinas y sus habitantes  amenazados, se fían de lo que dicen los demás sin ponerlo en duda, y el que pone en duda la palabra de otro es castigado por el destino. Cómo pasó con Edipo por no confiar desde un principio en Tiresias, y un ejemplo de honestidad y confianza es cuando los pastores cuentan lo que vieron e hicieron sin que nadie los cuestionase. Y aunque la Confianza da un giro radical en los Actos siguientes eso no resta importancia a lo ocurrido en el Acto I.
     De esta tragedia que califico como Buena (No MB por sus largas y extenuantes intervenciones), de 173 páginas, que lei desde el 29/05 hasta el 10/06 y de editorial Zig-Zag. Puedo decir que se trata de:

     La ciudad de Tebas se ve asolada por una peste y su rey, Edipo, consulta al Oráculos de Delfos para saber cómo terminar con las desgracias que azotan a su ciudad y sus habitantes. El Oráculo le revela que la causa de la peste es que no se ha vengado la muerte de Layo, el Rey anterior de Tebas. Y por esto Edipo jura encontrar al culpable para asesinarlo o exiliarlo. Lo que no sabe es el vuelco radical que dará la situación, y que enseñara a Edipo que nadie puede escapar de su destino, por más cruento que sea.

lunes, 22 de julio de 2013

Las noches blancas

    

Para leer y releer


      Ligado al nombre del libro “las noches blancas” viene a mí un episodio de unas vacaciones de verano, en las que empecé  a darme cuenta de la magnificencia de este título de  Fiódor Dostoyevski. Yo tenía 11 años cuando leí por primera vez el libro, en verdad el texto capto mi atención ya que se veía corto y porque era físicamente con las páginas blancas y estiradas, la portada brillante y con olor a nuevo. Sí, me deje guiar por la portada. Realmente esa vez lo encontré muy descriptivo y por eso no recuerdo si lo alcance a terminar. Pero resulta que el verano pasado fui al campo y me encontré con una prima, de 22 años, que lo estaba leyendo, entonces yo le dije “yo leí ese libro”. Me escuchó. Me miro de arriba a abajo. Y me respondió “¿Pero segura que era este libro? ¿No abra sido uno con el mismo título, pero de otro autor?” Entonces yo, ante su asombro, le conté un resumen con los vagos recuerdos que conservaba del escrito
     Al darme cuenta de que no recordaba casi nada me animé y lo leí de nuevo. Pero esta vez lo comprendí, lo terminé y lo amé. Esta es la clase de libros que puedes leer una y otra vez, y cada vez comprender más que la anterior, pero sin llegarlo a comprender en su totalidad. Lo he leído 3 veces y cada vez me doy cuenta de más cosas, de “detalles” que en verdad van armando un mundo, un ambiente psicológico muy completo en tan solo 79 págs. Esta clase de libro te deja pensándolo por días, y entre mas días lo piensas y reflexionas, más ganas te dan de leerlo y releerlo. Detrás de cada parlamento, de cada pequeña intervención del protagonista, hay un mar de sentimientos que merece ser interpretado y reflexionado con lujo de detalle. Porque nuestro protagonista, no tiene una visión de mundo común,  ni tampoco es una persona común, él es un “tipo”.
“-Pues bien, soy... un tipo.
-Un tipo. ¿Un tipo? ¿Qué clase de tipo? -gritó la muchacha, riendo a borbotones, como si no lo hubiera hecho en todo un año-. Es usted divertidísimo. Mire, aquí hay un banco. Sentémonos. Por aquí no pasa nadie. Nadie nos oye y... empiece su historia. Porque, no pretenda lo contrario, usted tiene una historia y trata sólo de escurrir el bulto. En primer lugar, ¿qué es un tipo?
-¿Un tipo? Un tipo es un original, un hombre ridículo -contesté con una carcajada que empalmaba con su risa infantil-. Es un bicho raro. Oiga, ¿sabe usted lo que es un soñador? […]El soñador -si se quiere una definición más precisa- no es un hombre ¿sabe usted? sino una criatura de género neutro. Por lo común se instala en algún rincón inaccesible, como si se escondiera del mundo cotidiano. Una vez en él, se adhiere a su cobijo como lo hace el caracol, o, al menos, se parece mucho al interesante animal, que es a la vez animal y domicilio, llamado tortuga. ¿Por qué piensa usted que se aficiona tanto a sus cuatro paredes, inde fectiblemente pintadas de verde, cubiertas de hollín, tristes y llenas de un humo inaguantable?…“
     Si bien se lo pueden imaginar el libro trata de un hombre, que afirma, nunca haber tenido un amigo en su vida, solo conocidos. Es un hombre solo al que le encanta salir a pasear por la tarde, viendo el ajetreo de las demás personas, y, aun que sin relacionarse con ellas, sentirse parte de sus vidas. Un día conoce a una muchacha encantadora, y dispuesta a ser su amiga, la cual le proporcionara las 4 noches más felices de su existencia. La mañana más amarga de su vida. Pero también el mejor de los recuerdos.


     Tuve una grata experiencia leyendo este libro desde el 23/05 hasta el 28/05. Lo califico como muy bueno y la verdad es que no puedo darles ningún editorial, porque lo leí ilegalmente en PDF, me jacto de ser una lectora sin presupuesto.

domingo, 21 de julio de 2013

Cruzada en Jeans

   Después de mucho, al fin cautivada   

Imagen que representa la
 cruzada infantil del año 1212


Thea Beckman, la autora de Cruzada en Jeans, era para mí un nombre desconocido hasta ahora y por eso  es que no veía el libro con buenos ojos, creía que iba a ser una lectura monótona. Pero fue todo lo contrario. El libro me cautivo y, desde Marzo,  que ninguna novela lograba atraparme como ésta. Desde el 15/05 hasta el 23/05 estuve obsesionada leyendo.  La trama es interesante,  los personajes distintos entre sí, y ajenos a nosotros, cosa que valore en este ejemplar de Gran Angular. Me encanta que sea una realidad distinta a la mía, para así vivir a través del libro nuevas experiencias,  también porque es fascinante conocer distintas perspectivas y personalidades. ¿Sentirme identificada con los personajes? Jamás. Yo si leo es para expandirme, no para que me muestren lo que puedo ver por mí misma. Y es por eso que me gusto éste libro, porque se contextualiza en la edad media, y la compara con un futuro no tan lejano, al parecer. La única gran critica que tengo es  a la descripción de los espacios, pienso que si esta en un ambiente que no estamos ni cerca de imaginárnoslo en su totalidad, como es la edad media, podría a ver potenciado mas la descripción de las personas, las vestimentas, los lugares físicos, incluso los sonidos. Pero es entendible, porque ni el mismo autor vivió en la edad media, y ¿Cómo describir algo que no has visto, sin perder su esencia? Por estas razones este texto de 176 páginas  merece una valoración de Bueno.
   Ahora  para motivarlos  a la lectura, que es el objetivo de todas mis entradas, les dejare un pequeño resumen, del cual e omitido el final para no arruinarles el libro, en caso que decidan leerlo.

   La historia se centra en Rudolf Hefting, un joven que ha  de tener 15 años y vive en una época futura, evidente mente con mucha más tecnología que la nuestra. Dolf es aficionado a la edad media y le cautiva pensar en Cruzadas con nobles caballeros de brillantes armaduras y reyes sobre valorados.  Este joven se las ingenia para ser el primer humano en probar un prototipo de máquina del tiempo, pero con una condición, en 4 horas debe estar en el lugar exacto al  que  la máquina del tiempo lo transporto, para poder ser regresado a su época, de lo contrario se vería atrapado en otro tiempo. Y, como era de esperarse para armar la trama, no puede llegar a tiempo al lugar y se queda atrapado en el año 1212. Donde descubre, al unirse a la cruzada de niños, que todo era más frívolo, fraudulento y cruel a como se lo imaginaba. Y con sus conocimientos de siglo XX podrá ayudar a los niños de la cruzada, aunque eso le acarree muchos problemas e implique muchas dificultades.