martes, 26 de abril de 2016

El libro de los placeres prohibidos

Libro: El libro de los placeres prohibidos

Autor: Federico Andahazi

Número de páginas: 298

Editorial: Planeta


Fecha de inicio de la lectura: 23 de Marzo 2016

Fecha de término de la lectura: 20 de Abril 2016

Valoración: Bueno




Este libro narra dos historias paralelas que acabarán relacionándose de alguna forma. Por un lado están los cruentos y misteriosos asesinatos de las adoratrices del monasterio de la sagrada canasta, y por otro el juicio de Johannes Gutenberg por haber creado una “demoniaca” máquina para reproducir libros, que luego sería conocida como imprenta.

   El punto fuerte de la historia de Johannes Gutenberg, fue sin duda el trasfondo de la historia, más que el sufrimiento personal del personaje, lo que más rescato es todo lo que se puede aprender acerca de la edad media. En este sentido hubo un personaje que me gustó sobre el resto, ya que creo que es quien encarna fielmente todo lo que conozco como verdadero del pensamiento medieval; me refiero a Sigfrido de Maguntia. Este personaje era el fiscal que acusaba de Johannes de estafador y falsificador, pero lo acusaba con un discurso tan exquisito, que abordaba básicamente todas las supersticiones, los abusos de poder, la represión e incluso la irracionalidad exagerada de la iglesia medieval, respecto a la difusión de la biblia y otros libros. Él por ejemplo, acusaba a Johannes de que con su invento había matado a todos los libros, y que si no era detenido de inmediato, y su maligna máquina destruida, todo los hombres leerían hasta habérseles fundido el cerebro y en última instancia moririan.

   Respecto la otra parte del libro, ¡Uf! Tengo mucho que decir. Antes que nada es necesario aclarar a los poco frecuentes lectores de mi blog, que el monasterio de la sagrada canasta, era muchas cosas, menos monasterio, porque no era nada más ni nada menos que un burdel. Sin embargo no un burdel vulgar cualquiera, sino que un lupanar sagrado dónde las sacerdotisas hijas de Ishtar rendían culto a su diosa, cabe agregar que Ishtar es la diosa babilónica del placer. Entonces para ellas la prostitución y la sexualidad de la mujer, no era una de las características de las más bajas arpías de la sociedad, sino que un culto sagrado que se ejecutaba con el máximo respeto hacia ellas mismas.

   Con respecto a esto último, pienso que aquella secta secreta compuesta solamente por féminas, representa una crítica a la visión que se ha tenido de la sexualidad de la mujer desde hace más tiempo del que mi conocimiento escolar me permite recordar y que la iglesia católica ha apoyado, incluso me aventuraría a decir con total seguridad que dicha visión se mantiene en nuestro país hasta la actualidad. Me refiero a aquella visión en que la mujer no puede tener sexualidad, pues porque si la tiene es debido a que es “puta” y debe ser repudiada. Si bien en la actualidad el repudio no es tan evidente, de todas maneras continúa latente, en que por ejemplo es bien distinto lo que se anda diciendo de una mujer que tiene un hombre distinto para cada día de la semana, en comparación de lo que se dice de aquel hombrehijo de tigre”, “campeón”, “canchero” que tiene una mujer distinta para cada día de la semana.



   Aunque el libro lo recomiendo al 100%, más que invitarlos a leerlo, los invito a reflexionar acerca de cómo se aprecia distinto la sexualidad de la mujer en comparación a la del hombre, ya que pienso que es un gran problema muy arraigado, que se promueve gracias a instancias tan diversas, como pueden ser desde telenovelas hasta libros sagrados, pero que sin embargo sigue siendo una especie de tabú mencionar. Recuerdo que sólo he escuchado discutir este tema en el artículo de una revista y nada más en toda mi vida. 

1 comentario:

  1. Es un tema muy interesante. Ojalá tengamos la posibilidad de debatirlo este año

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